Hace un mes, (casi nadie se acordará ya) que llegó a
las tiendas la colaboración hecha colección entre Maison Martin Margiela y
H&M. Una colección peculiar. Si nos paramos un segundo a leer algunos
blogs, casi nadie pensaba que era una colección redonda, perfecta, sino más
bien lo contrario, pese a ser una colección creada a través de réplicas de los
originales de la firma. La gran mayoría de los blogs que he leído, opinan que
es una colección poco o nada ponible, que no sigue las tendencias, y que en
definitiva es algo feo. Aunque parece que los acontecimientos les dan la razón,
yo no estoy de acuerdo. Sí se trata de una colección muy difícil de llevar, es
necesaria tener cierta actitud hacia lo que se lleva puesto, pero eso es lo que
me parece realmente atractivo. Así como el porqué en la creación o el ingenio
que hay detrás de cada prenda. Su calidad no es comparable a los originales, es
una copia, pero el precio era también mucho menor.
Yo como de costumbre, me enteré meses atrás, y esperé ansioso
la colección, madrugué para hacer cola el día en cuestión y todo se desarrolló
según lo esperado: el personal de H&M siempre tan solícito, las
conversaciones en la cola, la gente que pasaba mirando extrañada. Lo que fue
raro, es que, si bien cada edición ha sido diferente (en Versace había lleno
desde primera hora y en Marni la cola no creció hasta cerca de las 10 hrs.),
esta edición era especial. Ni aún cerca de las 10 se agrupó demasiada gente.
Por dar un dato, creo que ni siquiera pudieron hacer tres grupos para la
sección de mujer. Pero pese a esta anomalía el resto de la mañana siguió su
cauce. La colección de hombre y la de mujer llegaba recortada pero con más
cantidad que la de Versace incluso, y tras el vistazo general, volvía a
quedarme sin mi primera opción: las camisetas de mangas largas con trampantojos. Cogí la de mangas cortas, la camisa con doble cuello y el jersey de
bufandas. Tras probarme todo me decidí por la camiseta, lo otro se pasaba de
presupuesto, pero estaban mucho mejor de lo que había esperado.
En este mes que ha pasado, se ha podido comprobar cómo la colaboración
entre MMM y H&M ha sido definitivamente diferente a las demás, (o al menos
a las más recientes). Las colas no han sido tan numerosas, y semanas después todavía existía abundante stock en las tiendas. Desde H&M opinan que esto es comprensible y
totalmente esperado, puesto que es una colección que requiere tiempo para los
clientes y que éstos necesitan probarse las prendas para volver al día
siguiente a llevárselas. Yo pienso de forma algo diferente. Es cierto que no era
una colección tan atractiva para el público en general como pudo ser Versace,
pero está claro que lo que se quiere conseguir es vender. Tampoco se puede
afirmar que esta colaboración ha sido un fracaso únicamente por su falta de
ventas, puesto que tenemos que tener en cuenta la importancia del proceso
comunicativo de la misma. Periodistas y bloggers han estado siguiendo
minuciosamente todo el proceso de filtrado de la colección, showrooms, eventos
especiales, y esto puede considerarse como un triunfo en publicidad, teniendo
en cuenta que parten en desventaja al ser una colección atípica y de una firma
que no es conocida por el espectador medio, salvo que esté muy interesado en la
moda.
Aun
así, la sensación resultante es un tanto agridulce. Básicamente porque, por
ejemplo, hace un par de semanas pude comprobar que siguen quedando bastantes
prendas, tanto masculinas como femeninas. Al menos pude ver la colección con
tranquilidad, (ni rastro de lo que yo había comprado), volver a constatar que
todo tenía más calidad de la que me había esperado, y hacer dos fichajes más si
es que llegan a las rebajas: la americana gris y la cazadora vaquera. Alguna
esperanza me queda, ya que en escasas dos semanas del lanzamiento en Gran
Bretaña y en Estados Unidos se pudo encontrar la colección al 50% del precio
inicial.
Imágenes de la campaña creada por Sam Taylor-Johnson vía H&M
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