Hoy se publicaba una nueva colaboración de una firma reconocida con H&M, en esta ocasión Marni.
Pero volvamos al título de la entrada. De acuerdo, quizás llamar campo de batalla a H&M el dia que se puso a la venta la colección especial de Versace, es pasarse un poco, al menos porque en la sección de mujer todo estaba muy bien organizado para evitarlo.
El año pasado la colección de Lanvin me pilló en París, y una vez vista la misma, no creí que nada mereciera madrugar. En cambio este año, al estar ya en Sevilla y al ver la colección de hombre, elegí un par de camisetas, (por su precio, y por ser lo suficientemente especiales) como objetivo a alcanzar. Así que convencí a mi cuñada, Lady A, para que me acompañara, después de haber escogido otro "objetivo" para ella, claro.
A las 7:30 hrs ya estábamos en la cola, (dos apreciaciones: la mitad éramos hombres y de repente me di cuenta de la cantidad de modernos, por llamarlos de algún modo, que hay en Sevilla...), y poco después pasó lo que en cualquier cola, empezamos a comentar con nuestros vecinos, qué tal fue el año pasado, si abrieron antes, si les gustó la colección... Conforme fue pasando la mañana pusieron vallas en la cola, para que no predominara el amiguismo, y comenzaron a repartir café y magdalenas. Hay que decir que el personal de H&M estuvo en todo momento atento a nosotros y se comportaron de maravilla. Y al repartir, todos (y quien diga que no, miente) empezamos a fijarnos en las camisetas hechas para la ocasión que llevaban los dependientes. Luego, nos explicaron amablemente todos los procedimientos: a) las normas y grupos de compra en la sección femenina, (Lady A estaba en el tercer grupo); b) que se abriría la tienda a las 10:00 hrs; y lo más importante, c) que NO tenían la colección completa, y d) que la sección de hombre NO estaba acotada, y sería de libre acceso para todo el mundo. Esto aparecía en la web, pero iluso de mí, esperaba que no fuera así. Mis compras empezaron a desvanecerse...
Llegan las 10:00 hrs, suben a la tienda los dos primeros grupos, a los que íbamos a la sección de hombre nos dejaron pasar primero a la misma. Entramos, llegamos a la sección de caballero y... bueno, la verdad es que todo pasó en segundos: todo estaba muy bien organizado. Ahí está la camiseta. Casi no tiene mangas. Da igual. La M o la S... La S. De repente levanto la vista, estaba todo lleno de gente y escucho: ¿y las gorras? Al no haber límite por prenda, alguien habría arrasado con ellas. Yo a lo mío. A por la otra camiseta. Vale, está ahí. Directamente a por la S. ¿Algo más? Autorrespuesta: ¡pero si no llevas más dinero! A los probadores. Los cuellos un poco grandes y que esta no tenga mangas... pero me encantan. Me las llevo. Camino de la caja escucho: esa camiseta es una horterada. Y pienso: obviamente mis gustos están por encima de tus opiniones. Comento con la dependienta la locura colectiva que acabamos de vivir. Me lo guarda todo en una bolsa y listo. Hora de la factura: 10:05 hrs. La compra más rápida de mi vida. Voy a echarle un vistazo a Lady A. Todavía está dentro el primer grupo. Que los grupos estén limitados no le quita tensión, pero facilita mucho la compra. La prendas de cuero con tachuelas se acabaron antes de las 10:30 hrs. Al final Lady A consiguió su objetivo: un pañuelo de seda estampado y un anillo que no estaba previsto. Al pasar por la sección de hombre, a las 10:50 hrs, apenas quedaban un par de jerseys y algunos pantalones.
Cuando alguien nos dice que le que le parece absurdo levantarse tan temprano para hacer una compra, siempre le pregunto a Lady A: si el año que viene hay un vestido que te guste, ¿madrugarías más? A lo que ella responde: por supuesto. Pues yo también.
Camisetas Versace for H&M vía H&M
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