lunes, 12 de marzo de 2012

Marni at H&M. Sin comentarios

Bueno, sin comentarios tampoco, que si no, no tendría nada que contar. Pero por el título ya puedes darte cuenta que muy contento no acabé. Bueno, más vale que empiece por el principio (sí, es la frase comodín para empezar...)

Creo que debería empezar recordando la anterior colaboración de Versace con H&M o diciendo que me encantaba Marni, pero voy a ahorrarte eso. Sí, me gusta mucho Marni, pero tengo que ser sincero y decir que me gustan más sus creaciones para mujer que para hombre: los estampados, los diseños, los complementos... Obviamente esperaba ansioso el día 8 de Marzo para poder acudir a comprar, por suerte (eso es lo que pensaba entonces) a Sevilla volvía a llegar la colección, no de forma completa, pero eso ya lo suponía. Mi objetivo era principalmente la camisa estampada de círculos blancos, aunque si no estaba, la otra camisa estampada que tenía la colección me valía igualmente. Como tercera opción, aunque deseaba no tener que verme obligado a ella, la camiseta con el dibujo de un muñeco, aunque si compraba eso seguramente me llevara alguno de los pañuelos. El resto, si bien algunas cosas se me pasaban de precio, otras me parecían poco relevantes como para pagar lo que valían. Me refiero, a que para comprar una camisa celeste, o unos pantalones lisos azul marino, ni madrugaba ni me gastaba alrededor de los 50 euros que costaban.


La noche antes del día clave, me puse a investigar si había alguna noticia o algo relevante. En Twitter descubrí que esta vez no iba a haber sistema de turnos. Esto me desconcertó... ¿acaso querían que ocurriese una verdadera batalla? No hacía falta más que recordar las noticias de los "altercados" (bueno, llamar altercados a eso quizás es excesivo) ocurridos cuando la colaboración de Roberto Cavalli, y solo imaginar que lo que ocurrió en la zona de hombre cuando lo de Versace, ocurriría en la de mujer esta vez, daba qué pensar. Sus razones tendrían para hacerlo.
Mañana del día 8, madrugón. Preveía colas inmensas, aunque estaba un poco escamado, ni anuncios en televisión, ni la firma era tan conocida. Pero bueno, eso tampoco era motivo para que no hubieran colas, cualquiera sabría. 7:00hrs, llego a la cola, había DOS chicas, de las que luego se iría una. Por tanto, era el segundo (sí, las matemáticas son mi fuerte). A las 8:00 llega la tercera persona y comienza a acudir más gente. Para las 9:00 no habríamos más de 15 personas (y creo que tiro por lo alto). Mientras esperábamos poníamos en común otras ediciones, qué íbamos a comprar, qué traerían, si seria un caos, problemas con las tallas, estrategias de compras, etc. El equipo de H&M empezó a repartir café y magdalenas, y a atender nuestras dudas. Tengo que dejar esto claro, ese equipo no se merece un 10 sino un 15 por lo menos, siempre estuvieron atentos y muy agradables con nosotros. Preguntamos por nuestros objetivos, algunos estaban y otros no. Sobre la camisa que yo quería, no lo recordaba quien nos atendió, pero sí que sabía que el bañador con el mismo estampado estaba. Ya la veía más cerca, pero tampoco quería adelantar acontecimientos. Suponíamos mis compañeras, (tras tres horas de espera, se convierten en compañeras), de cola y yo, que sí que estaría porque era lo más llamativo de la colección y al menos eso lo traerían. Nos dijeron que para la colección de mujer, (la de hombre sería como otras veces), no habría ni turnos (como ya sabíamos), ni vallas, ni reposición de prendas, es decir, que el stock que ya estaba expuesto era el que había, no más; y que iríamos entrando por orden de llegada a la cola.
Llegan las 10, durante la última media hora, la cola creció bastante, pero ni mucho menos fue como las de otras ediciones. Nervios antes de entrar, es lo que tiene saber que no habría turnos y que todo sería un poco locura. Entramos, me dirijo hacia la zona de hombre y... bueno, tras el primer vistazo pregunté para asegurarme. Sí, eso era lo único que tenían, había llegado muy poquito. Mis ilusiones se desvanecieron. Vi el bañador y de hecho volví a preguntar. No, la camisa no la habían traído. En realidad, ni esa ni la otra, mi segunda opción. La mayoría de cosas eran las prendas lisas de la colección: pantalones y camisas. Al menos estaban las camisetas. Me pensé si comprarme algún bolso, pero tras comprobar el precio se me va de la cabeza la idea. Los pañuelos no me convencieron, en su tacto esperaba otra cosa. Al menos mi desilusión no era única, y más o menos todos los que iban llegando tenían la misma opinión que yo, aunque eran mucho más efusivos. Finalmente me decidí por la camiseta, al menos me la probaría. Reviso tallas, pillo la S y veo que la M no está. Compruebo que sólo había una talla por camiseta, como por casi de todo. En el probador me gustó más la camiseta que cuando la vi por internet. No era la camisa, pero estaba bien, venga, me la llevo.

Cuando iba camino de la caja lo único que quedaba en las estanterías y perchas eran las camisas y pantalones azules. Me guardaron la camiseta en una funda para traje con la frase "Marni at H&M" que me gustó bastante y ví que no tenían bolsa especial, vamos, el remate. Bajé a la planta baja, y me encuentré con algunas chicas que conocí en la cola. Ellas sí habían podido encontrar lo que querían. Me fuí de allí a las 10:15 viendo como, a diferencia de la de hombre, la de mujer ya estaba completamente agotada. y comenzaban a rellenar los espacios vacíos con la ropa de temporada. Conforme iba camino de casa me fui alegrando cada vez más por la compra, no me había vuelto con las manos vacías, la camiseta era graciosa y además el 25% de lo que me costó lo donarán a la Cruz Roja para ayuda tras el terremoto de Japón.
También me acordé de mis otras compañeras de cola y de si finalmente pudieron conseguir sus objetivos. Espero que sí.

¿Hortera o innovador?

Últimamente, con la celebración de las semanas de la moda en distintas capitales y tras observar a la gente en la calle y al público que asiste a los desfiles, me han estado rondando varias pregunta por la cabeza: ¿cuál es la diferencia entre ser innovador y ser hortera? ¿quién o quiénes deciden qué entra en cada grupo? ¿es algo inamovible y general o depende de la perspectiva de cada uno?

Tras pensar sobre ello, y darle muchas vueltas creo que la respuesta se puede encontrar en varios puntos que voy a desarrollar a continuación:
  1. Diferentes públicos: no se puede igualar a la gran mayoría de la gente con un grupo reducido relacionado con la moda. Normalmente, la mayoría rechaza lo diferente, lo que se sale de cualquier concepto ya establecido y para muchos de ellos, determinados estilos serán considerados como disfraces al no ser capaces de entenderlos. En cierta manera ocurre lo mismo con el arte.
  2. Depende del momento elegido.
  3. Depende de la actitud de la persona. Los puntos 2 y 3 están muy relacionados, alguien puede ir vestido igual en varias circunstancias, pero hay momentos en los que se encontraría fuera de lugar. Sin embargo, en función de la personalidad que esta persona tenga, podrá hacer que la situación no importe, o que, por el contrario, denote que carece de ambas cosas, personalidad y estilo.
  4. Está claro que en la industria, tarde o temprano, lo innovador triunfa, y que existirán unos líderes de estilo (por llamarlos de algún modo y que a su vez deben renovarse o serán sustituídos por otros) que decidirán qué es lo que rompe con lo anterior y qué es basura.
  5. Además hay que tener en cuenta que, de lo presentado en pasarela, a veces hay que analizar prenda por prenda cada conjunto, que luego estos mismos diseños podrán ser modificados o que simplemente están ideados para el espectáculo, para dar publicidad a las firmas, que es la finalidad principal de los desfiles.
A pesar de todo esto, hay que remarcar que cada persona tiene su estilo, más personal o más inducido y que se debe decidir individualmente qué es innovador y que es hortera.
Al final todo depende del criterio personal de cada uno, los gustos ni son los mismos para todos ni universales, así como cada uno se considera capacitado para criticar el estilo de los demás sin reparar en que el suyo propio puede ser cuestionado.
Supongo que como en todos los aspectos de la vida, cada uno tiene que encontrarse a gusto consigo mismo, sin preocuparse de esas críticas, arriesgándose a innovar, porque la moda, bajo mi punto de vista tiene que servir para expresar lo que cada uno quiera, como puede ser, entre otras cosas, la pertenencia a un grupo o lo original que es la propa personalidad.